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sábado, 4 de agosto de 2012

Viaje Sentimental, abandonando el hogar

El sonido lejano del ferrocarril siempre me hace llorar, hay una tristeza profunda, enterrada en lo mas hondo de mi alma, un recuerdo lejano, mas antiguo que mi memoria, un sentimiento que aprendi cuando aun no podia entender este mundo.

Viviamos en Puebla, en la dulce Puebla, mis padres se conocieron y se casaron alla, la Ciudad era pequeña en los sesentas, pocos empleos y mal pagados, para buscar un mejor futuro mi padre decidio que era mejor mudarnos al DF, abandonar nuestro hogar, nuestras raices.

Un dia reunio a toda la familia, nuestras pocas posesiones y nos fuimos a la estacion de tren, yo aun era un bebe, de brazos, pero sentia, esa gran tristeza con la que abandonamos nuestra ciudad, mis hermanos mayores, aun niños pequeños, lloraban, mi madre tambien, mi padre que era un pilar, se mostro fuerte.

Un Vagon de Segunda, como el que tomaron mis padres, este
esta en servicio con el Ferrocarril de Cuautla

El Tren llego a la Estacion, era la corrida que venia desde Veracruz, y casi siempre venia llena, mis padres encontraron un pequeño espacio vacio y ahi se reunio toda la familia, cuando el silbato resoplo, ya no habia vuelta atras, nuestra Puebla se quedo a convertirse en un recuerdo, los paisajes se volvieron diferentes, San Martin fue seguido de los hermosos arboles del montañoso Rio Frio, luego las enormes extensiones del lago de Chalco y Texcoco, cuando llegamos a Buenavista, habia pasado casi medio dia, los asientos de madera no eran comodos, y mi madre habia tenido que traerme en brazos todas esas horas, con su duro valor
enfrentaba el destino con su hija en brazos, pero su corazon aun lloraba por su hogar.

Esa tristeza me ha acompañado toda mi vida, ahora vivo a varias cuadras de las vias del ferrocarril, y cuando escucho su silbato en la noche, siento una enorme melancolia...